jueves, 9 de septiembre de 2010

Imagenes [ Ordenes Arquitectonicos ]











Orden Jonico:








El orden jónico es el segundo, en sentido cronológico, de los órdenes arquitectónicos clásicos que tuvo su origen hacia el siglo VI a. C. en la costa oeste de Asia Menor y en las islas Cícladas, archipiélago situado al sureste de Grecia en el Mar Egeo. Más esbelto y airoso que el orden dórico, ha dejado abundantes muestras de su estilo, de las que, como ejemplo, cabe destacar el Templo de Atenea Niké en la Acrópolis de Atenas.
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades:
La
columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo compuesta por tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada entre ambos. En ocasiones, esta basa apoya a su vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor.
El
fuste es de sección circular, y suele presentar un ligero éntasis o gálibo. Está acanalado por 24 estrías separadas entre sí por finos filetes longitudinales. El tamaño total de la columna suele ser de dieciocho módulos y el del propio fuste de dieciséis.
El
capitel es el elemento más representativo de este orden y se reconoce por las dos volutas o espirales con que se adorna. Forman parte del equino que se completa con otros ornamentos en forma de ovas y dardos.
El
entablamento mide generalmente un quinto del orden total. Está formado por:
El
arquitrabe, que se muestra usualmente descompuesto en tres bandas horizontales superpuestas y escalonadas.
El
friso es una banda continua (sin metopas ni triglifos) adornada con una sucesión de figuras en relieve. Carga directamente sobre el arquitrabe.
La
cornisa coronada por el alero forma un saledizo que generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio.















Orden Dorico:






El orden Dorico es el más primitivo y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos, es el orden griego por excelencia. Cuanto más antiguo, arcaico, más torpe, dando sensación de robustez (protodórico), cuanto más tardío, más esbelto y proporcionado es; logrando así la armonía y belleza clásica. Se empleó en la Grecia continental desde el siglo VII a. C. y en el sur de Italia. El Partenón, templo dedicado a Atenea Parthenos en la Acrópolis de Atenas, es sin duda el máximo exponente de este estilo arquitectónico. Simboliza fuerza, heroicidad; utilizado sobre todo con este simbolismo en el Renacimiento.
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades:
No utiliza
basa; el fuste de la columna descansa directamente sobre el estilóbato, que es el escalón superior del estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado se conoce como crepidoma.
El fuste es de sección circular, corto y poco esbelto. El tamaño total de la columna nunca sobrepasa los dieciséis módulos, siendo normalmente el del fuste de entre ocho y trece módulos. Está acanalado por 20 estrías cuya yuxtaposición forma aristas vivas. Su diámetro no es constante, sino que va disminuyendo con la altura más acusadamente cuanto más arriba, éntasis, que produce la sensación de un ligero abombamiento en la parte central.
Las dimensiones de las columnas se refieren al módulo, que es la medida del radio en la base de la columna (donde es mayor).
El
capitel está integrado por tres piezas:
El
ábaco es una pieza prismática similar a un tablero de planta cuadrada que soporta directamente la estructura horizontal del edificio.
El equino, cuya geometría es la de una figura convexa de revolución, se expande hacia la parte superior con un sentido de transición entre las dimensiones del extremo del fuste y las del ábaco de mayor tamaño.
El collarino: es una prolongación del fuste, separado por una fina acanaladura.
En el orden dórico griego hay una entalladura, de sección triangular, bajo el equino, ya en el fuste. Es el collarino. En el orden dórico romano el collarino es un tambor cilíndrico interpuesto entre el equino y el fuste, a modo de prolongación de éste y separado de él por una moldura horizontal.






Orden Capitel:


es un elemento arquitectónico que se dispone en el extremo superior de la columna, pilar o pilastra para transmitir a estas piezas estructurales verticales las cargas que recibe del entablamento horizontal o del arco que se apoya en él. Además de esta misión estructural cumple otra de índole compositiva, pues actúa como pieza de transición entre dos partes constructivas tan diferentes como aquellas entre las que se interpone.Aunque hay una gran variedad de capiteles, el estereotipo estaría formado por: un astrágalo, moldura que corre alrededor del fuste de la columna en la base del capitel; un tambor, que es el cuerpo propiamente dicho del capitel, con forma reducible a un tronco de cono o pirámide invertido; y un ábaco, tablero prismático que remata el capitel y que sostiene directamente el arranque del arco o el dintel.Los primeros capiteles conocidos proceden de Egipto. Su aspecto es con preferencia papiriforme o lotiforme, pero también relativo a cualquier otro tema vegetal. En Persia se usaron capiteles formados por dos figuras contrapuestas que dejaban entre ellas un rebajo en el que apoyaba el arquitrabe. Pero el desarrollo y masivo empleo del capitel se debe a la arquitectura griega y romana que hicieron de él un elemento clave de sus órdenes arquitectónicos clásicos. Su diseño se corresponde con los respectivos órdenes. Así: el dórico, carente de astrágalo, sólo tiene equino y ábaco, ambos lisos y muy sencillos; el jónico se caracteriza por las volutas que configuran sus cuatro esquinas; el corintio, más esbelto que el anterior, tiene todo el tambor decorado por hojas de acanto; el toscano es similar al dórico, incluyendo un collarino; el compuesto es una combinación de jónico y corintio, adoptando las volutas de uno y las hojas de acanto del otro.

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